DOCTRINA DEL ESPIRITU SANTO

 

Doctrina del Espíritu Santo


Paracletología es derivada del vocablo griego "paracletos" que quiere decir abogado o maestro. Este título lo lleva el Señor Jesucristo. "Abogado, tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo." (I Juan 2:1)

Pero es máa frecuentemente usado para designar la función del Espíritu Santo para con los creyentes de esta dispensación. La palabra "consolador" que se usa en castellano no es del todo propia, pues su función no se limita a consolar. Su ministerio se extiende a auxiliar, enseñar, guiar a toda verdad", dar valor para testificar, etc.

 


I. La Personalidad del Espíritu Santo.


Hay muchas personas que piensan que el Espíritu Santo es una fuerza o un líquido. Quizá toman esta idea de que, a diferencia de Dios y de Cristo, éste se le llama Espíritu. Vamos a estudiar a continuación algunos argumentos para demostrar que el Espíritu Santo es una persona como lo es el Padre (Dios) y el Hijo (Jesucristo). Recuerde que la personalidad radica en el espíritu y no en el cuerpo.


A. Sus Funciones o Ministerio.


1. Abogar o consolar. (Juan 14:16). Ese "otro consolador" vendría a continuar la obra de Cristo. ¿Podría una fuerza o algo impersonal continuar esa obra? Necesariamente el Espíritu Santo tiene que ser una persona.


2. Enseñar. (Juan 14:26) El Espíritu Santo es designado aquí como un maestro y sólo una persona puede tener esa función.


3. Glorifica, pide por nosotros, reparte dones, se puede contristar. (Juan 16:14, Rom. 8:26, I Cor. 12:11, Ef. 4:30) Todas estas cosas nos hablan claramente de la personalidad del Espíritu santo.

 


B. Su Asociación con Dios y con Cristo.


1. Si creemos en la Trinidad, tenemos que aceptar la personalidad del Espíritu Santo porque Dios y Cristo son personas divinas y para que haya Trinidad el Espíritu Santo tiene que ser una persona también. La negación de la personalidad del Espíritu Santo destruye la doctrina de la Trinidad.


2. En la fórmula bautismal (Mat. 28:19), se manda bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es inconcebible que las dos primeras personas (El Padre y el Hijo) van a ser puestos a la par de una fuerza, influencia o fluido. Además, la expresión "en el nombre" nos habla de la personalidad igual en los tres - El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.

 


II Deidad del Espíritu Santo.


Queremos decir por "La deidad del Espíritu Santo" que el Espíritu Santo es Dios. No que sea un Dios, sino que es Dios igualmente que el Padre y el Hijo. Esto no es un dogma inventado sino una verdad revelada en las Escrituras.


A.El Espíritu Santo se llama Dios. (Hech. 5:3-4). En el versículo tres Pedro dice que Ananías ha mentido al Espíritu Santo y en el versículo cuatro, como para qu el pueda comprender la magnitud de su pecado le dice: "No has mentido a los hombres, sino a Dios". El Espíritu Santo es llamado sencilamente Dios.


B. En la fórmula bautismal. (Mat. 28:19) El nombre del Espíritu Santo es puesto a la par del de Dios y de Cristo. ¿Cómo sería posible que ocupara este sitio si no fuera igualmente que el Padre y el Hijo?


C. El Espíritu Santo tiene atributos divinos.

1. Eternidad - Heb. 9:14.

2. Omnisciencia - I Cor. 2:10.

3. Omnipotencia - Rom. 8:11.


Estos atributos son exclusivamente de Dios y si el Espíritu Santo los tiene, se sigue lógicamente que el Espíritu Santo es Dios.


D. Al Espíritu Santo se le atribuyen obras divinas.

1. En la Creación.

De acuerdo con Génesis 1:2, "el Espíritu de Dios se movía sobre el haz de las aguas" como la gallina cubre sus huevos para darles calor y para desarrollar la vida. Además añade Job, "Su Espíritu Santo como Dios y Cristo estuvo activamente trabajando en la creación. Ahora podemos entender mejor la palabra: "Hagamos" de Gén. 1:26 en relación a la cración del hombre.


2. En el Ministerio de Cristo.

Cristo echaba fuera los demonios y hacía los milagros "por el Espíritu de Dios". (Mat. 12:28) San Pablo afirma en I Cor. 12:8-10, que los milagros son obras sobrenaturales que sólo Dios puede hacer y si el Espíritu hace milagros, ésto prueba que es Dios.

 


III. Ministerio del Espíritu Santo.


Nos referimos aquí solamente a Su ministerio de la gracia o sea después de Su descendimiento. Para mayor facilidad en la discusión de este asunto lo dividiremos en dos aspectos. Su ministerio con los inconversos y Su ministerio para los creyentes.


A. Su Ministerio con los inconversos.


1. Redargüir. (Juan 16:7-11)

En este pasaje el Señor enseña que el Espíritu Santo tendría como ministerio primario el de redargüir al mundo o sea a los pecadores, de pecado, de justicia y de juicio. En otras palabras, les convencería de su pecado de incredulidad al no aceptar a Cristo; les convencería de la justicia manifestada en la muerte de Cristo; y les convencería del hecho de que Satán (el príncipe de este mundo) fue vencido en la cruz por Cristo y es ahora un enemigo vencido (Juan 12:31-32), juzgado y sentenciado al lago de fuego. El Espíritu Santo, al redargüir así al pecador y convencerlo de su pecado y de su suerte, le hace ver la conveniencia de aceptar a Cristo para ser perdonado y para ingresar en la familia de Dios. Unos sienten con mayor intensidad que otros, esa obra del Espíritu. No todos los que son convencidos o redargüidos se convierten. Hay algunos que endurecen sus corazones.


2. Regenerar.

"Es evidente que las Escrituras hacen referencia a un gran cambio que experimentan todos los que llegan a ser cristianos. Tal cambio se designa con expresiones como las que siguen: "Nacer de nuevo", "nacido del Espíritu", "nacido de Dios", "creado en Cristo", "nos dio vida juntamente con Cristo", "una nueva criatura", "renovado", "muertos al pecado más vivos a Dios".

(Juan 3:3, 5, 1:13; Ef. 2:5, 10; II Cor. 5:17) A este cambio se le llama generalmente "regeneración" en los escritos teológicos y es inseparable del arrepentimiento hacia Dios y la fe hacia Nuestro Señor Jesucristo".

J.M. Pendleton.

Cuando el pecador ha sido convencido y viene arrepentido a Dios y acepta a Cristo por fe, entonces se opera esa regeneración. Esa regeneración es una obra milagrosa operada por el Espíritu Santo usando como medio el Evangelio y aplicando los beneficios del sacrificio de Cristo a favor del pecador. (I Cor. 4:15, I Ped. 1:23).


B. Su Ministerio con los Creyentes.


1. Santificar.

Cuando el hombre es regenerado, el Espíritu hace su morada en el. (Juan 14:17, Rom. 8:9, I Cor. 6:19, II Tim. 1:14, I Juan 3:24) El gran propósito de esta morda es la santificación del creyente. El Espíritu permanece en el creyente ayudándole a vivir "en novedad de vida", dándole deseos por las cosas buenas y santas y odio para el pecado. Es obra es progresiva y tendrá su culminación cuando Cristo venga o cuando nosotros vayamos a El.


2. Dar Poder.

La recepción del Espíritu Santo está intimamente vinculada con la capacitación para el servicio, para ser testigos. (Hech. 1:8) Los discípulos y muy especialmente Pedro, después de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés pudieron testificar con valor y con éxito. (Hech. 2:14-41, 4:8-20, 5:40-42).

3. Además de estos dos aspectos hay muchas otras cosas que el Espíritu Santo hace. Sólo daremos las citas: Juan 14:26; Hech. 4:31, 6:10, 13:2-4, 16:6; Rom. 8:11-16.

Fíjese en el mandamiento dado en Ef. 5:18.

 

 

INSTITUTO IBHEC 

INSTITUTO BIBLICO HERMANOS EN CRISTO